"Ahora se puede ser pobre trabajando", alerta el doctor en Derecho Pablo Benlloch

noviembre 2(miércoles) 09:37am EAPN-Asturias Noticias EPAN Asturias 0 comentarios

La consejera de Servicios Sociales pide la colaboración de los voluntarios para atajar los problemas económicos

ELISA CAMPO 29.10.2016 | 04:33

Pilar Varela, Mariví Monteserín, Luciano Poyato y Celia Fernández, ayer, durante la inauguración de la XXI Escuela de Otoño del Voluntariado, en La Magdalena.

Pilar Varela, Mariví Monteserín, Luciano Poyato y Celia Fernández, ayer, durante la inauguración de la XXI Escuela de Otoño del Voluntariado, en La Magdalena. MARA VILLAMUZA

«Antes decían que la falta de trabajo es el principal factor de exclusión social… Ahora se puede ser pobre trabajando». Ésta es una de las advertencias que realizó ayer Pablo Benlloch, doctor en Derecho y coordinador del grupo de expertos asesor del Gobierno central para la ley de Voluntariado, que ofreció la ponencia marco de la XXI Escuela de Otoño de esta materia. El pabellón de exposiciones de La Magdalena acogió la primera jornada, que se completará hoy con varios talleres. Benlloch hizo una reflexión tanto del papel del voluntariado como de su situación en la sociedad actual. «Nos encontramos nuevos pobres, hace diez años era impensable que personas que ahora están en situación de vulnerabilidad iban a acabar siendo pobres», dijo. Junto a esto, señaló, está el «precariado», esa nueva clase de trabajadores empobrecidos.
Y es que, según afirmó el ponente, la crisis no sólo ha extendido la pobreza, sino que sus consecuencias han atravesado transversalmente el conjunto social y se mezcla la pérdida de soportes básicos para las necesidades fundamentales, la falta de bienes básicos (alimentación y vivienda), pérdida de vinculación estructural y de viabilidad de la integración, así como de soportes relacionales, capacidades básicas y aumento de las fragilidades personales. «Utilizando un símil televisivo, estamos llegando a lo de ‘aquí no hay quien viva’, y tenemos que cambiarlo. El voluntariado es un instrumento apropiado para cambiar», sentenció ante los 150 participantes inscritos en estas jornadas.
Benlloch alertó de algunos de los males que pueden aquejar al voluntario, como la autosuficiencia del que ve innecesaria una legislación para definir las líneas básicas de actuación, y también la «ansiedad solidaria». «Cuidado con ella. No todo el mundo puede ser voluntario y en cualquier sitio. Lo principal son los destinatarios y el voluntario no es quien puede decidir si sirve o no», indicó.
Como profesor universitario que es, Benlloch está en contacto con jóvenes a quienes el pesimismo atenaza. «Hay que rechazar el determinismo, el contemporizar. Mis alumnos acaban usando la frase ‘es lo que hay’ como aceptación resignada, como el ‘no somos nadie’ de un funeral. Pero hay alternativas. Aunque hay dificultades, las cosas se pueden hacer de otro modo y mejor», subrayó.
La inauguración de las jornadas corrió a cargo de la consejera de Servicios y Derechos Sociales, Pilar Varela; la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín; el presidente de la Plataforma del Voluntariado de España, Luciano Poyato, y la vicepresidenta de la Mesa del Tercer Sector de Asturias, Celia Fernández. Varela hizo un llamamiento a la colaboración entre Administración y sociedad organizada. «Tenemos que ser capaces de evitar que la pobreza se transmita de generación en generación. Pero, por muy buena intención que tuviésemos los gobiernos y por muchos recursos que hubiera, somos conscientes de que no podemos hacerlo sin incorporar al mismo objetivo a toda la sociedad», indicó. Monteserín, por su parte, se refirió a un reto que supera las fronteras nacionales, el de colaborar con la llegada de refugiados. «Sin el voluntariado sería imposible, esperamos un movimiento civil europeo que empuje a una política que no está a la altura de las circunstancias ni en Europa ni en España», destacó.
Celia Fernández pidió clarificar el reglamento para que no perjudique a las entidades y Luciano Poyato destacó que el pilar del tercer sector no es únicamente la falta de ánimo de lucro, sino el voluntariado: «Nuestra responsabilidad pasa por trasladar a la sociedad que merece la pena participar y transmitir a quienes gobiernan que hay que cambiar de valores».

«La Constitución debe cambiar para igualar derechos»

Luciano Poyato, ayer en Avilés.
Luciano Poyato, ayer en Avilés. / JOSÉ PRIETO
  • «No hay las mismas políticas sociales en todo el territorio nacional y hay que lograr un reequilibrio», explica en la Escuela de Otoño reunida en Avilés

  • Luciano Poyato Roca Presidente de la Plataforma del Tercer Sector

 Luciano Poyato lleva presidiendo la plataforma que aglutina a las entidades sociales desde su fundación, en el año 2012. Ayer estuvo en Avilés participando en la Escuela de Otoño del Voluntariado, que reunió en La Magdalena a oenegés de toda España. Lleva algo más de cuatro años al frente de la plataforma. ¿Qué ha cambiado en este tiempo? Como organizaciones hemos sabido conectar con la sociedad y su solidaridad. Hay más personas voluntarias y eso es importante, que la gente pierda el miedo a salir de lo cotidiano y a ponerse en el lugar de los demás. Luego, también hemos tenido una agenda muy concreta de reivindicaciones, como la de una Ley del Tercer Sector que nos reconozca y nos defina. Intentan dejar claro que el voluntario no es mano de obra gratuita.
Una de las cosas que queríamos dejar claro en la Ley del Voluntariado es que un voluntario no podía quitar un puesto de trabajo. Las oenegés tienen su personal, y los voluntarios acompañan, esa es la diferencia. Con la crisis han aumentado las necesidades, han aumentado los voluntarios, pero… ¿y las donaciones económicas? Bueno, en ello estamos. Hay más solidaridad de lo que parece, y no solo en temas puntuales de catástrofes concretas. Está siendo muy importante el aumento de las personas que marcan la casilla de fines sociales en la declaración de la renta, que llega ya al 60%. En los últimos años las oenegés se han profesionalizado. Es que para trabajar con personas, además de disposición y una actitud abierta, hay que hacerlo bien y con calidad, y en eso hemos mejorado mucho. Los profesionales tienen que formarse y reciclarse, y compartir experiencias También ha cambiado el concepto de ayuda. Ya no es tan caritativa. Sí. Hemos pasado de una etapa muy asistencial de lo inmediato, que sigue haciendo falta, a una menos conformista y más ambiciosa en la que se mira por la dignidad de las personas, con itinerarios de inserción en muchos ámbitos que las oenegés se están tomando muy en serio. ¿Cómo está funcionando la coordinación con las administraciones públicas?Eso es un auténtico reto. La administración tiene sus políticas, nosotros tratamos de influir pero no siempre lo logramos. Se trata de encontrar una posición común, y a las administraciones eso les cuesta mucho, sobre todo porque dependen de los cursos políticos, y para trabajar con esto hay que tener una mirada a largo plazo. Hablando de cursos políticos, ¿qué va a suponer tener gobierno?Pues que se pongan en marcha algunas cuestiones, como el desarrollo de la Ley del Tercer Sector y la del Voluntariado, que están paradas porque un gobierno en funciones no puede aprobar esos cambios que hacen falta. Ahora, además, tendremos la capacidad de proponer y acelerar ciertos procesos. ¿Qué medidas sociales propondría?Que se cambie la Constitución para que todos los ciudadanos, independientemente de la comunidad autónoma en la que residan tengan los mismos derechos básicos. Ahora no hay las mismas políticas en todo el territorio y tiene que haber un reequilibrio. Y estamos trabajando en un plan de lucha contra la pobreza dotado con 6.000 millones de euros.Hablan de trece millones de personas en riesgo de exclusión en España. Es una cifra escalofriante.Y de esos trece millones, hay cuatro en pobreza absoluta. Y tenemos que hacer algo si queremos ser un país moderno.

http://www.elcomercio.es/aviles/201610/29/constitucion-debe-cambiar-para-20161029003610-v.html?edition=

Deje un comentario

Debes estar registrado para poder comentar.
X